Hola amigos… se ha puesto más activa la página e??… jejejeje…
Ayer, luego de varias oportunidades pospuestas, logré salir un ratito para arrancarme al cajón… uno de mis destinos predilectos en la región Metropolitana.
La tarde asomaba hermosa; alta temperatura pero totalmente soportable y un compañero de pesca motivado. 😆
Llegamos rápidamente al esterito donde queríamos pasar la tarde. Lamentablemente nos encontramos que traía muy poca agua y totalmente transparente, lo que obviamente nos iba a complicar la pesca…
Pero en ese punto nada nos podría poner tristes así es que armamos equipos y partimos con la pesca… Yo armé una ninfa en #14 en mi equipo para pesca al hilo, marca Hanak, una caña exquisita recomendada en Fly Fishing Store y partí a buscar a las niñas…
Desde un comienzo vi que había mucha actividad, pero sólo de pequeños alevines que no lograban meter la mosca en su boca… y que luego de verme arrancaban rápidamente a esconderse en el primer lugar que encontraban…
Cada vez me llamó más la atención el no ver ninguna trucha de mayor tamaño, pero sabía que tenían que haber. Quizás más asustadizas, más difíciles de ser engañadas a esta altura de la temporada, pero tenían que haber…
Luego, en un pozón que se veía prometedor, coloque el mayor empeño en llegar abajo… bien abajo… pero luego de pasar, pasar, pasar y pasar mi mosca por ahí, no recibí ningún feedback desde el fondo… no lo entendía.
Pero apenas comenzaba a levantar la mosca, veía como los pequeños alevines salían disparados tras ella, picándola innumerables veces pero sin posibilidad de clavarlas; hasta que pasó lo impensado y una un pelito más grande logró tomarla… una hermosa y colorida trucha fario de unos 15 cm que ya me daba a entender que la historia no cambiaría, y que debíamos cambiar la estrategia si queríamos distraernos un poco durante la tarde.
El cambio de estrategia
Así es que cambiamos la táctica… la nueva idea era utilizar pequeñas moscas secas, ya que a esas alturas ya estaba comenzando la emergencia de dípteros en el río…
La mosca elegida, un antiguo patrón que ya no estaba usando más que para pejerreyes, pero que para ese momento sabía que iba a dar resultados… La mosquito lajita en tamaño #20
Desde ese momento la cosa cambió inmediatamente y la tarde se transformó en el festival del llavero (solo pesca de pequeños alevines de trucha)… muy, pero muy entretenido… aunque obviamente poco desafiante…. el problema es que luego de recorrer una larga parte del estero, no logré ver truchas de mayor tamaño. Una pena, porque ese era uno de los pocos lugares que aún tenía buena pesca por estos lados.
Pero bueno, como les decía, comenzaron las captura…
También hubo tiempo para parar y disfrutar del lugar…
Esta fue la primera truchita de mi amigo Fernando en estas aguas… aunque solo es un alevín, igual sirve para ir tomando confianza y aprendiendo sobre cómo viven las truchas dentro de las estructuras del río.
Sin duda un gran paso 🙂
Ya iremos por truchitas más grandes amigo…
Conclusión y cierre…
Y bueno… así se nos fue la tarde, sin más remedio que regresar a nuestras casas, aunque cargado de recuerdos y nuevas experiencias
Respecto del estero, una pena que aún cuando se supone hay gente que lo está cuidando, no se pueda controlar lo que pasa con sus truchas… ojala esta nueva generación de alevines logre sobrevivir y crecer, para que nos puedan dar lindas temporadas de pesca más adelante.
Muchas gracias Fernando por la compañía… hay que repetirlo pronto…
Y un abrazo a todos…
Toto